Un 8 de Octubre con color y calor de Barrio
URUGUAY
FRANCISCO MARTÍNEZ/GLUC GONZÁLEZ
El sábado 7 de Octubre -a 39 años del asesinato del Ché en Bolivia y a 37 de los asesinatos de Salerno, Cultelli y Zabalza en Pando--, el Paso Molino, Belvedere, La Teja y El Cerro fueron el inusual escenario de una jornada de movilización popular que conmemoró ambas fechas y que manifestó el total rechazo a cualquier tipo de acuerdo comercial con los EE.UU. y a la intromisión del "Comando Sur" yanqui en el Uruguay.
Convocada por la "Coordinación Oeste" -que nuclea vecinas y vecinos de diversas organizaciones sociales y políticas de la zona-- la jornada comenzó con una actividad matutina de militantes de la "Agrupación 8 de Octubre" en la feria tejana y en la Plaza Sendic, explicando al barrio a través de volantes, precisamente, por qué se sigue insistiendo en renombrar dicha plaza haciendo honor a un luchador social como Raúl Sendic Antonaccio y no a un esclavista y colonizador como el inglés Samuel Fisher Lafone.
El sentido de esta barriada promovida por la "8 de Octubre" fue el de buscar la manera de redescubrir colectivamente nuestra historia, aprendiendo a discernir entre hechos y protagonistas que expresaron intereses populares e intereses de la clase dominante, apuntándose a desmistificar una historia oficial escrita por los mismos explotadores que pusieron nombre a nuestros espacios públicos falsificando los hechos y colocando como héroes o "prohombres" a quienes en realidad han sido, siempre, verdugos del pueblo trabajador.
De tarde, desde el Parque Bellán, en Agraciada y Freire, partió una marcha de la "Coordinación Oeste" por Carlos María Ramírez hacia la Villa del Cerro, deteniéndose en la Plaza Sendic, donde volvió a descubrirse la placa con el nombre de "El Bebe Sendic", fueron leídas varias adhesiones y, luego, se culminó en la "Plaza Mártires de la Industria de la Carne ", donde se leyeron más adhesiones a la conmemoración de este nuevo 8 de Octubre.
No fue una marcha multitudinaria, pero sí deja planteado el enorme desafío y la imperiosa necesidad de llevar a cabo este tipo de movilizaciones populares en los barrios y no solamente en zonas céntricas, lo que exige de toda la militancia una tarea cotidiana de real inserción social y de auténtico compromiso con las necesidades y las expectativas de quienes habitan en las zonas donde está concentrada la inmensa mayoría de la población trabajadora de la ciudad.
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